Una llamada para unificar formatos de eBooks y acabar con el DRM
Por lo que respecta a la fidelidad obligada a una determinada plataforma, Joe Wikert explica cómo es prácticamente imposible que un usuario, por ejemplo de Amazon, decida cambiarse a otra plataforma si ya ha invertido mucho dinero en crear su biblioteca particular. También considera un inconveniente el tener parte de sus libros en el formato mobi de Amazon y el resto en ePub, ya que aunque las aplicaciones de lectura son similares, no son idénticas.
Esta situación, según Joe Wikert, no sólo se da en Amazon sino también en Kobo, Nook, etcétera. Google eBooks parecía haber dado con la solución al problema, pero al no ofrecer el formato mobi para el Kindle, vende contenido para todos, salvo para el que tiene la mayor cuota de mercado.
La solución podría estar en el ePub, pero, como señala este editor, es un formato que emplean todos los vendedores excepto Amazon.
En el supuesto de que el gigante editorial adoptase el ePub habría que hacer frente a otra cuestión, que no es otra que el DRM.
Uno de los sinsentidos que señala Joe Wirkert en lo referente a lo que él ha denominado “El Mito del DRM”, es el hecho de que los libros que más se han pirateado nunca se lanzaron como eBooks. Gracias a las nuevas tecnologías de impresión y escáner, cualquier libro en formato papel se puede convertir en uno electrónico. A esto Wirkert añade que el DRM se puede hackear. Por ello, esa protección no sólo no ha servido como elemento disuasorio de la piratería, sino que además ha hecho que los eBooks resulten menos atractivos que su versión en papel. Este editor cree lo que sus colegas no entienden que la utilización de este tipo de controles implica una falta de confianza: “A todos los consumidores se les considera ladrones, y deben ser tratados como tales”.
Matteo Berlucchi, director ejecutivo de Anobii, en un artículo publicado en FutureBook, analiza los efectos negativos del DRM y realiza una comparativa entre la situación actual y lo ocurrido con anterioridad en la industria musical.
Uno de los primeros datos que aporta es el hecho de que en abril del 2007 la discográfica EMI decidiera eliminar el DRM y en tan sólo nueve meses todas las grandes siguiesen sus pasos. En enero del siguiente año ya había desaparecido.
También hace referencia en su artículo a un estudio realizado recientemente en la Universidad de Duke, en el que parece demostrado que la utilización del DRM fomenta la piratería, ya que penaliza a los “chicos buenos”. Los usuarios deshonestos, o “chicos malos”, no se ven afectados por este tipo de control, ya que siguen intercambiando archivos que no están protegidos y además pueden disfrutar de eBooks, música o vídeos sin todas las restricciones que acompañan al DRM.
En su opinión, este sistema no es la solución contra la piratería y además puede causar serios daños colaterales: resta valor a los libros electrónicos por la cantidad de restricciones con las que cuentan; reduce la innovación, ya que no permite la flexibilidad necesaria para desarrollar nuevas ideas y aumenta el precio de los eBooks (es uno de los mayores gastos).
Berlucchi plantea la siguiente cuestión: “si el DRM no reduce la piratería y además permite que los dueños del monopolio controlen el mercado, ¿por qué no abandonarlo de la misma forma que hizo la industria musical en 2007?"
Para él, una solución sería la marca de agua. Esta sería una forma “no intrusiva” de recordarle al usuario el buen uso que debe hacer del archivo. El director de Anobii cree que la marca de agua se podría aplicar fácilmente en el punto de venta, o incluso podría convertirse en un estándar si contase con el apoyo de organismos como The Internacional Digital Publishing Forum (IDPF).
En su opinión, la utilización de archivos con marcas de agua aportaría toda una serie de ventajas para aquellos compradores que actúan de buena fe:
- Se podrían cargar fácilmente en todos lo eReader, incluyendo Kindle, Nook y todos los demás.
- Se podría compartir con un libro real.
- Se podría hacer incluso una copia de seguridad.
Ahora bien, también incluye en su artículo una nota en la que recomienda la utilización del DRM en aquellos libros electrónicos que se presten en las bibliotecas, ya que en su opinión, es la mejor manera de garantizar la expiración del archivo.
http://www.lecturalab.org/story.php?id=2906
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