Un drástico recorte en el gasto público, propuesto por el gobierno en coalición conservador–liberaldemócrata de Gran Bretaña, encabezado por David Cameron, podría llevar al cierre de más de 450 bibliotecas municipales en todo el país.
Por este motivo, y durante este fin de semana, hubo en las islas británicas multitudinarias protestas pacíficas, en forma de sentada o de ocupaciones nocturnas de varias de las sedes amenazadas, a las que además de los usuarios habituales, preocupados por la noticia, se sumaron relevantes personalidades del mundo de la cultura y las artes, como el escritor Mark Haddon, Philip Pullman ( La materia oscura ) o la poeta de moda, Carol Ann Duffy, quienes no quisieron dejar de expresar su desacuerdo ante la polémica medida, cuyo impacto, señalaron, podría ser catastrófico, sobre todo, para los más desfavorecidos.
Diversas actividades se desarrollaron durante la noche del sábado y la mañana del domingo, en varios de los centros que el gobierno pretende clausurar: lecturas públicas, juegos de mesa, todo para pedir que no sea la cultura una vez más, el primer lugar en el que haya recortes.
Para ilustrar las protestas, fueron utilizados afiches de la primera y la segunda Guerra Mundial, que, con un original cambio en sus textos, pusieron color y dieron forma de campaña a esta defensa espontánea de la red de bibliotecas inglesa.
Por este motivo, y durante este fin de semana, hubo en las islas británicas multitudinarias protestas pacíficas, en forma de sentada o de ocupaciones nocturnas de varias de las sedes amenazadas, a las que además de los usuarios habituales, preocupados por la noticia, se sumaron relevantes personalidades del mundo de la cultura y las artes, como el escritor Mark Haddon, Philip Pullman ( La materia oscura ) o la poeta de moda, Carol Ann Duffy, quienes no quisieron dejar de expresar su desacuerdo ante la polémica medida, cuyo impacto, señalaron, podría ser catastrófico, sobre todo, para los más desfavorecidos.
Diversas actividades se desarrollaron durante la noche del sábado y la mañana del domingo, en varios de los centros que el gobierno pretende clausurar: lecturas públicas, juegos de mesa, todo para pedir que no sea la cultura una vez más, el primer lugar en el que haya recortes.
Para ilustrar las protestas, fueron utilizados afiches de la primera y la segunda Guerra Mundial, que, con un original cambio en sus textos, pusieron color y dieron forma de campaña a esta defensa espontánea de la red de bibliotecas inglesa.
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