Lo de las puertas al campo ¿Les suena? Pues parece que todavía queda gente en el empeño. Sabemos, porque ejemplos sobran, que esto de la web 2.0 les pilló a muchos con el paso cambiado. La felicidad se contaba en pesetas, en una Internet en la que había que poseer un capital para poder decir cosas. Esto provocaba que sólo se contasen algunas. Ahora, cuando ya se mira a la web 3.0 -o lo que venga – todavía hay reductos de resistencia, como galos comandados por Axterix frente a los romanos de la conversación, que aprietan los dientes en un intento de adecuar las herramientas de la web social a sus intereses, sin más objetivo que la cuestión monetaria.
Leo a la compañera Bárbara Yuste (ABC) sobre la decisión del Washington Post, que a partir de ahora prohibe a sus periodistas conversar con los lectores a través de Twitter. ¿Y para qué – se preguntarán ustedes – tienen Twitter los señores del Post? Pues para soltar noticias a diestra y siniestra, y de esa manera aumentar la audiencia. No lo digo yo. Lo dicen ellos. La comunicación unidireccional, la de toda la vida, que es como se hace la prensa de verdad, o como hacen periodismo los que se creen en posesión de la verdad, que no es lo mismo.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/blogymedio/el-washintong-post-y-su-regreso-al-pasado/1415
Leo a la compañera Bárbara Yuste (ABC) sobre la decisión del Washington Post, que a partir de ahora prohibe a sus periodistas conversar con los lectores a través de Twitter. ¿Y para qué – se preguntarán ustedes – tienen Twitter los señores del Post? Pues para soltar noticias a diestra y siniestra, y de esa manera aumentar la audiencia. No lo digo yo. Lo dicen ellos. La comunicación unidireccional, la de toda la vida, que es como se hace la prensa de verdad, o como hacen periodismo los que se creen en posesión de la verdad, que no es lo mismo.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/blogymedio/el-washintong-post-y-su-regreso-al-pasado/1415
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